Jairete, oh Mortales: os ofrezco a continuación una unidad didáctica que elaboré años ha. Los textos y narración se deben a aqueste humilde servidor, mientras que las actividades las propuso el Eximio y Eminentísmo Fernando Ruíz Ibáñez, amigo y colega matemático, renecentista donde los haya y ducho en Heráldica y Astronomía.
Los textos están extraídos de mi obra de divulgación lúdico-didáctica "Antrum Druidae", enviada a diversas editoriales y aún no aceptada. Editoriales del mundo, ¿a qué esperáis?
THERMAE
Las termas eran uno de los edificios más representativos de la cultura romana, pues el acudir a tomar los baños, bien como lugar de esparcimiento y encuentro con los amigos, bien para aprovechar los poderes curativos de algunos manantiales, era una de las costumbres más arraigadas en la Roma antigua. En primer lugar centraremos nuestra atención en el edificio propiamente dicho, para, a continuación, detenernos en cuál era una jornada cualquiera en este tipo de construcciones.
I. EL EDIFICIO.
Las había de varios tipos (pequeñas casas de baño privadas o balnea meritoria y las abiertas a todos los públicos), aunque nosotros nos demoraremos sólo en las públicas, las denominadas propiamente thermae. En un principio éstas eran costeadas por un ciudadano rico que quería agasajar a sus vecinos, permitiéndoles el uso de unas instalaciones donde podían llevar a cabo su higiene diaria, solazarse con los amigos y entablar las más diversas relaciones sociales. Con la llegada del Imperio, fueron los propios emperadores quienes sufragaban su construcción.
Las termas pertenecían al Estado, aunque éste las arrendaba a un empresario (conductor), quien se encargaba de su mantenimiento y cobraba un cuadrante o cuarto de as, un precio muy asequible, como entrada o balneaticum a las personas que querían hacer uso de sus instalaciones.
Éstas que siguen son las principales estancias de un complejo termal:
1. El apodyterium: se hallaba cercano al pórtico de entrada al recinto y se utilizaba como vestuario, donde los clientes se desnudaban y dejaban sus prendas en unas alacenas o nichos cuadrados y profundos, construidos más o menos a la altura de la cabeza, y que no tenían puertas, por lo que, si se querían evitar los hurtos, los bañistas debían dejar al cuidado de sus ropas a uno de sus propios esclavos (servus capsarius) o darle una propina a un esclavo del complejo termal para que las vigilara. Alrededor de toda la estancia había un banco corrido de mampostería para sentarse mientras se despojaban de sus vestimentas. En el apodyterium había varias puertas que comunicaban bien con la palaestra bien con los baños propiamente dichos.
2. El tepidarium o sala templada era una sala de paso con bancos de mármol, donde merced a su temperatura tibia los bañistas se preparaban y habituaban su cuerpo para pasar del caldarium al frigidarium o viceversa.
3. El caldarium o sala de calor constaba de bañeras y surtidores de agua caliente, donde la temperatura era muy elevada. Se dan, incluso, casos de termas que en sus caldaria disponían de piscinas para que pudieran nadar sus clientes o, simplemente, remolonear en sus cálidas aguas. Las hay incluso que cuentan con el assa sudatio o laconicum, un habitáculo destinado a tomar baños de sudor, antepasado remoto de nuestras saunas.
El caldarium era la estancia más luminosa y engalanada de todo el complejo, ya que contaba incluso con bañeras de mármol o pórfido y con bancadas de piedra noble donde los clientes se podían recostar mientras sus esclavos los masajeaban y limpiaban su piel de impurezas. En aquellas termas que no estaban construidas sobre un manantial de aguas hirvientes, los suelos de las diversas salas se caldeaban mediante un complejo sistema de hornos subterráneos (praefurnium) y canalizaciones huecas por donde circulaba el aire caliente, existiendo además grandes calderas metálicas para calentar el agua. Esta técnica recibe el nombre de hypocausis. Dichos hornos eran alimentados por un destacamento de esclavos, que se encargaban de que cada sala tuviera la temperatura adecuada a sus características. Este sistema de calefacción se sigue utilizando todavía en muchas zonas de nuestro país, sobre todo en el centro y el norte, y es conocido como “la gloria”.
Aparte de estos espacios arriba señalados podemos encontrar otros complementarios en algunas termas, como:
a. palaestra: se trataba de una zona porticada donde, tras desnudarse en el apodyterium, los bañistas se entregaban a diversos ejercicios atléticos, cuales lanzamientos de disco y jabalina, carreras, lucha grecolatina, etc. En la palaestra existía también un local destinado a que los atletas se quitaran el polvo y el sudor antes de entrar a las termas (destrictorium). Algunas contaban, inclusive, con una gran piscina natatoria al aire libre.
b. Popinae: alrededor de estos complejos, o dentro también, nos podemos encontrar con una gran serie de tabernas donde los clientes pueden beber o comer si lo desean. Ciertos lugares cuentan además con bibliotecas, salas de exposiciones, reservados, etc.
II. UNA JORNADA EN LAS TERMAS.
Algunos de los complejos que arriba hemos mencionado contaban con dos espacios, uno reservado a las mujeres y el otro, para los hombres; en el caso de que unas termas no tuvieran estas dos zonas convenientemente separadas por sexos, lo que se hacía era distribuir el horario de baños: las féminas disfrutaban de sus baños desde la salida del sol hasta la hora séptima, mientras que los varones lo hacían desde la octava hasta la décima, por lo general.
Sigamos ahora a un romano cualquiera en su visita diaria a los baños. Lo primero que nos llamaría la atención es que un ciudadano no solía acudir solo a estos espacios: si era adinerado lo acompañaban al menos cuatro esclavos (el balneator asistía a su señor a lo largo de todas las estancias, llevándole los útiles precisos para su higiene personal, como unos hierros arqueados o raspadores, strigilis, y un ungüentario con aceite y perfumes diversos; el unctor masajeaba a su dominus y lo ungía con aceites y esencias; el alipilus lo depilaba y, por último, un cuarto esclavo llevaba las toallas y la ropa limpia y se quedaba al cuidado de las prendas de su amo). Si no se disponía de recursos necesarios para tener esta corte de sirvientes, en las mismas termas pululaba una nube de balneatores, unctores y alipili que alquilaban sus servicios a aquellos que los precisaran.
Tras pagar una módica entrada al portero, el ciudadano accedía al apodyterium, donde se despojaba de sus vestiduras y las dejaba en los nichos antes mencionados. Así, completamente desnudo, se encaminaba hacia la palaestra para practicar deportes como el juego de pelota, lanzamientos de disco o jabalina, carrera, luchas, etc., o bien para nadar en la gran piscina descubierta (natatio). Después de realizar sus ejercicios, o contemplar cómo otros los hacían, se limpiaba el sudor y el polvo adheridos a la piel en el destrictorium. Acto seguido se dirigía al tepidarium, la sala templada en la que preparaba su cuerpo para penetrar en el caldarium, estancia en la que permanecía la mayor parte del tiempo, bien sumergido en las bañeras o piscinas de aguas ardientes, bien tomando baños de vapor. Era en el caldarium donde los unctores masajeaban a los bañistas, embadurnándolos de aceites y ungüentos y limpiándoles las impurezas con las strigiles. También aprovechaban esta sala caliente para compadrear con los amigos y concertar negocios o cenas. Abandonaba nuestro romano el caldarium para irse al frigidarium, mediando el paso por el tepidarium, y tomar en la sala fría un baño de agua helada. Y vuelta a empezar.
Ya comentamos que algunas termas contaban con popinae o tabernas donde tomar un refrigerio, bibliotecas, salas de exposiciones, etc. Pero para hacernos una idea más clara de cuál era el ambiente que se respiraba en estos lugares, escuchemos a Séneca, el filósofo cordobés preceptor de Nerón y que vivía encima de unas termas:
Habito justamente encima de un baño; imagínate un vocerío, un griterío en todos los tonos, que te hace desear ser sordo; oigo el chillido de los que se ejercitan con las palancas; emiten silbidos y respiran afanosamente. Si alguno de ellos se está muy tranquilo haciéndose el masaje, oigo el chasquido de la mano en la espalda, y un sonido diferente según el golpe es dado con la mano plana o ahuecada. Cuando luego viene uno de aquellos que no pueden jugar a la pelota si no gritan y comienzan a contar los puntos en alta voz, es el acabóse. Hay también el pendenciero, el ladrón cogido in fraganti, el charlador, que cuando habla se complace en escuchar el sonido de su voz, y los que se zambullen en la piscina para nadar, mientras el agua brota salpicando rumorosamente por todas partes. Pero a lo menos éstos emiten una voz que es la suya propia. Piensa en el depilador, que a cada paso hace un verso en falsete para ofrecerte sus servicios, y no se calla sino mientras está arrancándole los pelos a uno; pero entonces el que grita es el que está debajo de él, sin contar el griterío de los vendedores de bebidas, de salchichas, de tortitas, y de los mozos de las tabernas que van de un lado a otro ofreciendo su mercancía, cada uno con una especial modulación de voz. Seneca, Ep., 56, 1-2.
Está claro que lo que hemos comentado se hacía en aquellos complejos destinados al ocio y que existían otros baños que se utilizaban fundamentalmente para realizar curas termales, frecuentados por enfermos y sus familias. No obstante, a pesar de lo anterior, nos encontramos casos de balnearios terapéuticos en los que, aparte de las estancias destinadas a su uso sanitario, nos encontramos anexas las salas que antes hemos citado como características de los baños de ocio. Tal es el caso de los baños de Alhama de Murcia, donde podemos observar dos salas destinadas al tratamiento curativo mediante hidroterapia (una para hombres y otra para mujeres) y, anexos a éstos, encontramos un frigidarium, un tepidarium y un caldarium, con su horno y sus sistema de distribución de aire caliente muy bien conservados. Desgraciadamente, se han perdido la palaestra y el apodyterium. Resulta llamativo que estos baños hayan sido usados, sin solución de continuidad, por romanos y árabes, llegando su uso incluso hasta principios del siglo XX, en el que acabó por secarse el manantial que surtía a los baños y el ayuntamiento optó por derribar el edificio del balneario, en cuyos sótanos estaban las estructuras romanas y árabes que recientemente se han restaurado y abierto al público para su conocimiento y disfrute de tan peculiar monumento.
Aparte de estos baños, podemos encontrar otros en nuestra provincia como los de Fortuna (también usados por su poder curativo y todavía no excavados del todo), los de Cartagena, Archena (todavía en uso como el de Fortuna), Begastri y Águilas.
GALERÍA DE IMÁGENES
Nichos para la ropa. Apodyterium.
EJERCICIOS DE COMPRENSIÓN Y MEMORIA
Nombre:_________________________________________________
Fecha:__________
En la documentación anterior, se describen lugares, trabajos y personajes utilizando su denominación latina, los presentes ejercicios te ayudaran a recordarlos en un futuro, además de facilitar la comprensión del texto a través de cuestionarte lo que has entendido. Por lo tanto, lo primero que haremos será leer el texto.
Ejercicio I. (Investiga) En España había muchas localidades donde los romanos y los árabes tuvieron termas. Sin embargo, los nombres que nos han legado son diferentes. Proveniente del árabe la palabra Alhama (al haman, los baños), del latín Termas y Caldas, y del castellano Baños. Busca los pueblos españoles que se denominen con alguna de estas palabras o derivados e indica si hubo termas romanas.
Localidad Provincia Termas
Alhama de Murcia Murcia Existen sus ruinas y son visitables
Caldas de Boi
Termancia
Baños de la Encina
Baños de Fortuna
Ejercicio II. (Investiga) ¿Dónde están las termas de Caracalla?, ¿de qué época son?.
Ejercicio III. (Deduce del texto) Para poder ir a los baños, debes conocer los distintos oficios que se ejercen en torno a éstos; relaciona con una flecha el personaje y su nombre latino Busca también, si existe alguna palabra castellana relacionada con el oficio.
Oficio Oficio en Latín
Empresario de las termas Balneator
Depilador Alipilus
Ciudadano respecto a sus esclavos
Conductor Conductor
Masajista
Esclavo personal
Asistente de balneario
Ejercicio IV. (busca en el texto) Suponte que eres ciudadano romano que va a sus thermae, elige la opción correcta y rellena los espacios en blanco:
Prefieres ir a bañarte al río, por que las thermae son muy caras
El precio es asequible y cuesta:____________
A las thermae sólo van viejos y enfermos a tomar las aguas
Como son del estado son gratis.
Son de propiedad privadas
Esta tarde has quedado con tu señora para ir juntos a las thermae
Van hombres ricos y normales.
Ejercicio V. (busca en el texto) Explica la diferencia entre balnea meritoria y la thermae
.
Ejercicio VI. (busca en el texto) ¿Cómo se denomina el ticket para entrar al balneario?
Ejercicio VII. (piensa un poco) ¿cómo se denomina sopa caliente?
Ejercicio VIII. (busca en un diccionario) Como ya has observado, a veces el castellano conserva palabras muy parecidas, pero con significados distantes, indica de las siguientes palabras cual es su derivada y que significa:
Palabra latina Deriva en Significa
frigidarium Frigido
laconicum Lacónico
palaestra
Caldarium
Busca ahora su significado en el texto
Ejercicio IX. Dibuja la escena que describe Séneca, ¿con qué se podría comparar en la actualidad?
Ejercicio X. (busca en el texto) Hay varias palabras latinas que aparecen en singular y plural, encuéntralas y agrúpalas según forman el plural.
Singular Plural
Ejercicio XI. (busca en el texto) Indica en qué zona del edifico estarías, según la acción indicada (siempre en el complejo termal)
Acción Lugar
Ejercitando los músculos Palaestra
Viendo una exposición
Tomando vinos
Tomando un baño de sudor
Tomando un baño frío
Recibiendo un masaje
Nadando en la piscina descubierta
Limpiándome el polvo
Vistiéndome
Tomando un baño caliente
Ejercicio XII. (Observa)
¿qué se observa en la fotografía?
¿Cómo se denomina esta habitación?
Investiga en internet en http://iris.cnice.mecd.es/latingriego/Palladium/cclasica/esc336ca9.php a qué parte de las termas corresponde las siguientes fotografías:
Con todo lo que sabes ya de las termas, realiza un plano de unas termas, indicando el nombre de las habitaciones y lugares, y señala con una flecha el recorrido de un usuario habitual
1 comentario:
¿Podría decirme a qué epistola pertenece exactamente el texto de Séneca que ha utilizado? Gracias de antemano
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