domingo, 29 de abril de 2012

EL JUICIO DE PARIS

   Llevo desde 1990 intentando divulgar el amor al Mundo Clásico por diversos institutos de la geografía ibérica, desde la costa cantábrica de Lugo hasta la huerta murciana, pasando por la marisma onubense.
   En todos los institutos en los que he estado intento dejar patente que al Latín y al Griego, sin iguales monumentos lingüísticos, no los considero el fin de mis enseñanzas, sino el medio para, a través de su conocimiento y comprensión, poder llegar a aprehender el fascinante legado Grecolatino en sus diferentes campos.
   Es por ello que he organizado viajes "de estudios" sensu stricto, talleres de cultura clásica y representaciones teatrales ambientadas en el océano greco-romano.
       Representación del espectáculo de Poesía y Música Grecolatina en la Sala Abovedada Romana del Centro Arqueológico de Los Baños, en Alhama de Murcia

   Así, he fundado los grupos de teatro grecolatino THALIAE CATULI ( IES Pablo Neruda, Huelva), THERMARUM HISTRIONES (IES Miguel Hernández, Alhama de Murcia) y, ahora, CERVAE ARTIFEX (IES Ingeniero de la Cierva, Patiño, Murcia) con los que he disfrutado compartiendo el amor por lo Clásico por escenarios andaluces, murcianos y alicantinos.
   En 1996 tuve el honor de que mi llorado Ricardo Alarcón, al que la Parca nos robó crudelísimamente poco ha, se fijara en una obra mía, "El Juicio de Paris", para inaugurar la I Festival de Teatro Grecolatino de Cartagena. Allí acudí con mis Thaliae Catuli y ese mismo año fue publicada la obra por Ediciones Clásicas.

   Más de 15 años después, afincado ya en suelo murciano, recuperé parte del texto y, con el empuje y la ilusión de los que ahora forman parte de Cervae Artifex, alumnos de 3º y 4º de la ESO del IES Ingeniero de la Cierva, de Patiño, Murcia, reescribí la trama en una especie de contaminatio.
   Fruto de esa reescritura es lo que ahora quisiera compartir con vosotros como un simple entremés, de temática pseudomitológica (irreverente dicen bastantes), pero donde quiero dejar constancia de mi amor a Grecia y a Roma y mi agradecimiento a quienes me lean.
   Os dejo aquí mismo un pequeño aperitivo y, en archivo pdf anexo en enlace, el nuevo texto revisado para que podáis descargarlo. Gozadlo, representadlo: vuestro es














EL JUICIO DE PARIS



Recreación jocosa del universal mito a cargo de Arístides Mínguez Baños




DRAMATIS PERSONAE

ZEUS: dios supremo del Olimpo.


FAUNO: ser mitad hombre y mitad macho cabrío.


HERMES: mensajero de los dioses y narrador.


IRIS: mensajera de los dioses y presentadora.


HERA: esposa y hermana de Zeus.


ATENEA: diosa de las artes y las ciencias.


AFRODITA: diosa del amor carnal y de la belleza.


PARIS: joven mortal, pastor troyano.


ERIS: diosa de la discordia






PEMFREDO: una de las Grayas.













ACTO I


La acción transcurre ahora en un bucólico prado a donde se ha dirigido la corte divina, sin Tetis ni Peleo ,a contemplar el desenlace del certamen suscitado por la intervención de Eris. El sátiro, en cuanto se abre el telón, salta hacia el patio de butacas y se dedica a incordiar a los allí presentes, sobre todo a las féminas.

Zeus, majestuoso, se acicala cabellos y barba, se calar la voz y, cual presentador televisivo muy pagado de sí mismo, se dirige al auditorio.



ZEUS: ¿Me se oye? ¿Me se ve bien? Tú, cabrilla mía, enfócame bien para que dé perfecto en la pantalla y deje patidifusos a ese rebaño de mortales que ha venido a este teatro. ¿Qué dices? ¿Qué estamos ya en directo? Eso se dice antes, corderita linda. Bah, no importa son sólo unos miserables humanos, súbditos, esclavos inmundos de mi persona, pues soy el tonante Zeus, el rey de las camas, que diga, del Olimpo y todo lo que hoya la tierra y vuela por sus aires.

(impostando la voz como si comenzara su programa) Buenas tardes, querido público. Con vosotros, desde el Olimpo, vuestro presentador favorito, el temible, el apetecible, el insaciable, el formidable Crónida Zeus: o sea, yo mismo. Esta tarde tengo el gusto de ofreceros en exclusiva exclusivísima para Tele Olimpo el desenlace de la archifamosa boda de Tetis y Peleo: Con todos vosotros, en riguroso directo desde el Monte Ida, EL JUICIO DE PARIS. Todo tuyo, Hermes (váse)



HERMES (dándose cuenta de la presencia del público): Bienhallados seáis, oh mortales, en estas mansiones de vuestros dioses y diosas.

Bueno, pandilla de vagos. Supongo que sabréis que la pérfida Eris, la diosa de la discordia, se plantó en la boda de Tetis y Peleo, a la que no había sido invitada. Sembró la inquina entre nuestras más apuestas diosas por la posesión de una simple manzana de oro, que llevaba la inscripción “PARA LA MÁS BELLA”. Con la intervención de Zeus consiguió evitarse que se derramara sangre divina. Se decidió acudir a un mortal, tan insignificante como vosotros, para que actuara de juez en éste, el primer certamen de misses de la historia.

Fue el propio Zeus quien decidió que fuese el gañán que por allí veréis entrar, el troyano Paris, tan necio como hermoso, el que juzgara cuál de las tres diosas finalistas merece el galardón a su hermosura.



Entra Paris, ataviado con una zamarra de oveja, cantando una canción pastoril y rascándose con descaro sus partes pudendas. El sátiro le sale al encuentro y ambos se abrazan albororozados.





PARIS: ¡Hombre, faunico! ¡Cuánto tiempo sin verte! Oye, mira que t'he buscao una novia buenísima pá ti: la más guapa de entre mis borregas, la Lucera. (El sátiro da cabriolas de alegría). Cuando tengas un momentito, te pasas por mi redil pa que te la presente.

HERMES: Yergue tu mirada, Priámida Paris, y disponte a juzgar ecuánimemente, por tu propio bien, el pleito aquí planteado.

PARIS: Susordenes, maestro. (Aparte) ¡Atié, cómo platica er zagal este: no me he enterao de ná!

HERMES: Iris, te ruego que presentes a las participantes.

PARIS: Anda, qué bonica, se llama como el arco…



Suena un portentoso trueno y se escucha la voz poderosa del tonante Zeus.



… ¡La leche que me dieron, me ensuciao encima! A ver dónde encuentro yo un tormo pa limpiarme…

ZEUS (en OFF): ¡Quietos, malditos! Siempre os pasa lo mismo. Os olvidáis de quién paga la ambrosía y el néctar que con tanta voracidad libáis. Hay que interrumpir el programa y dejar paso a la publicidad. Adelante con los anuncios.



Suena una canción de Michael Jackson y las diosas van cantando en una coreografía sus lemas:



ATENEA: Si cuando llega el verano,

IRIS: te das cuenta de que tienes vellos hasta en el ano,

ATENEA: Si te dan tanto por saco,

IRIS: Los pelos del sobaco.

HERA: Si no paras de hacerles carreras a tus medias.

IRIS: Pues tienes las piernas llenas de cañamones.

AFRODITA: Si los albañiles por la calle, te dicen macizote,

IRIS: pues tienes un pedazo de bigote.

ATENEA, HERA, AFRODITA, IRIS: No lo dudes, ha llegado el momento de ir a las depilaciones:

No más tirones en las depilaciones,

No más tirones, que estamos hasta los… mostachones.



Acaba la publicidad y todas salen de escena, excepto IRIS.



IRIS: En primer lugar, vistiendo un modelo de Carolina Herrerensis, fabricado en las mejores fraguas de Puentis Tocinorum, Atenea, la Pecho Lata.

En segundo lugar, vestida por Adolfus Dominguerus, con un modelo exclusivo de Maruja Rebustiana adquirido en el Cortis Inglesus de anca el Mercao, peinada con menchas en el Sandalio, Hera la Verdulera.

Y en tercer lugar, el terror de las verbenas, la fiera de las discotecas, llevando un modelito de Cocó Channellus, Afrodita la Jamoncita.



IRIS se marcha. Baile de las diosas y parodia de los tres gañanes.



HERMES: Bueno, señoras, ya conocen las reglas del juego: ni peleas, ni empujones, ni insultos, que esto no es una riña de verduleras sino una asamblea de diosas. ¿Se comprometen a asumir sin rechistar el veredicto que dicte este mortal imparcial? ¿Sí o no?

LAS TRES: Sí, lo aceptamos.

HERMES: ¿Estáis dispuestas a jurarlo por lo más sagrado para los dioses, la Laguna Estigia?

LAS TRES (un poco titubeantes): Sí, lo juramos.

HERMES: Y tú, joven Priámida, ¿te comprometes a ser totalmente imparcial con tu veredicto?

PARIS: Me lo explique.

HERMES: ¿Qué?

PARIS: Que no entiendo ná de lo que ha dicho.

HERMES: Oh Paris, tú sólo tienes que decidir cuál de estas tres es la más guapa.

PARIS: Acabemos. Esa es mi espesialidá. Yo en cuantico a mujeres y a borregas soy el que más entiende.

HERMES: Actúa pues de una manera justa e imparcial.

PARIS: Es que asín, con toa esa ropa que llevan, no puedo saber bien si son bonicas de verdad o si tien más cecatrices que la Duquesa de Alba. ¿Por qué no se quedan en porreticas, pa que pueda…,esto…dincennir bien?
                                            (...)
En Murcia, a 9 de marzo del 2011 fue revisada y reducida para ser representada por los alumnos y alumnas del IES Ingeniero de la Cierva de Patiño.